Frivolidad heredada de priistas

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(18 DE JULIO, 2022) Por J. Jesús Esquivel.

 

Frivolidad heredada de priistas

 

Washington – La reunión entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, de México y Estados Unidos respectivamente, no fue miel sobre hojuelas ni todo un éxito, pero no salió mal, fue más bien pragmática.

No hubo anuncio de aumento de 300 mil visas de empleo temporal para mexicanos como había pronosticado AMLO, y Biden tampoco descartó que esto no pueda ocurrir eventualmente porque será definido por la necesidad de mano de obra de la economía de su país.

Se palpó cordialidad y entendimiento durante la sesión ante los medios de comunicación en la Oficina Oval de la Casa Blanca entre AMLO y Biden, en la cual este tecleador estuvo presente. Sí, fue inusual que el mandatario visitante hablara 31 minutos y el anfitrión, 12.

Las sesiones en la Oficina Oval ante los medios de comunicación son regularmente breves. Es mentira lo que se difundió en algunos lugares de información mexicanos sobre que Biden se mostraba aburrido y desesperado mientras AMLO recordaba algo de historia (que es su costumbre) y luego cuando le leyó su propuesta de 5 puntos.

Cuando una persona está aburrida o desesperada se nota; a Biden más bien se le percibió tolerante. Y se entiende, luego de que el propio presidente mexicano aclarara que antes de que los reporteros llegáramos a la Oficina Oval le advirtió a Biden que se tardaría porque tiene un estilo pausado y que el mandatario estadunidense aceptó.

Tengo 34 años de reportear lo que ocurre en la capital estadunidense y por mucho tiempo fui el único corresponsal mexicano acreditado ante la Casa Blanca. No sólo he atestiguado visitas de presidentes de mi país sino de otras naciones también, incluida la celebración de la última reunión entre jefes de Estado y de Gobierno que merece ser llamada Cumbre, me refiero a las ahora sesiones extintas entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En todas, lo que importa es la sustancia.

Con tristeza observo que en mi querido México, la hegemonía partidista de corrupción, impunidad y despilfarro del dinero del erario que por décadas impuso el PRI, se quedó enquistada en una parte de la sociedad.

A ese grupo de mexicanos -que son pocos, pero con poder económico tal vez adquirido en el servicio público por colusión en la corrupción, o en el sector privado por las bendiciones priistas y panistas de los gobiernos pasados-, le importa la frivolidad y no los intereses de la nación ni el beneficio de los mexicanos más necesitados.

Es cierto, están las pruebas irrefutables de que AMLO encumbró luchas a favor de los mexicanos; evitar que emigraran a Estados Unidos ante la falta de oportunidades e inseguridad en el país, por ejemplo. Ahora López Obrador fue personalmente a la Casa Blanca a ofrecer la mano de obra barata y necesitada de los mexicanos como parte de un programa de empleo temporal, es decir, de braceros.

Los frívolos a los que hago referencia se fijaron en aspectos que a nadie le importan: la manera en que se sentó AMLO en la Oficina Oval, en el tamaño de su corbata y hasta en el tipo de calzado que Beatriz Gutiérrez Müller utilizó para acompañar a su esposo a la Casa Blanca.

No sólo eso, algunos frívolos o favorecidos por la rancia bendición del priismo o el panismo ignorante o criminal de Vicente Fox o Felipe Calderón, que como garrapata se les metió y que circulan en medios de comunicación del país, intentaron con mentiras demeritar el encuentro de AMLO con Biden descontextualizando el formato.

Se burlaron de que el presidente de Estados Unidos no salió al pórtico a recibir AMLO y a su esposa, como hicieron otros mandatarios gringos con Fox, Calderón y -válgame el señor Chamuco y mis padrinos los hijos del Averno- hasta con el mismísimo Enrique Peña Nieto, uno de los emblemas más grandes de la corrupción y despilfarro de México.

El protocolo de la Casa Blanca es estricto, la cortesía a la que está obligado el presidente de Estados Unidos de recibir en las puertas a dignatarios extranjeros se aplica a visitas de Estado, trabajo y oficiales. Ésta del martes 12 de julio fue de cortesía y el protocolo de la Casa Blanca para estos casos fue tal y como aconteció.

¡No’mbre!, como dicen en mi tierra choricera, la frivolidad racista y clasista de mi país no tolera la austeridad, están acostumbrados a gastar las arcas del erario y quieren revivir los viajes presidenciales faraónicos de priistas y panistas. Ya nada más falta que pretendan que se viaje al estilo de la hija de Carlos Romero Deschamps; con todo y perro en avión o yate privado. ¡Chín, me volví a pasar de tinta! Que me perdonen en el Averno.

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